Policiales

Posponen el juicio por el crimen del remisero Miguel Ángel Luis

Debería haber comenzado el 23 de junio, pero por la falta de una pericia psicológica del único imputado, Brian Albornoz, el debate en el Tribunal Oral en lo Criminal N° 2 pasó para noviembre.

El juicio por el asesinato del remisero Miguel Ángel Luis que debía haber empezado el 23 de junio se pospuso para noviembre por pedido de la defensa ante la falta de una pericia psicológica del único imputado, Brian Albornoz.

Según informaron fuentes judiciales consultadas por LA CAPITAL, los informes psicológico que debían hacérsele a Albornoz no pudieron realizarse aún en el marco de la pandemia del coronavirus, que retrasó casi toda pericia que requiere contacto entre personas.

El abogado que representa a la familia de la víctima, Maximiliano Orsini, expresó que si bien entiende que sin esos informes no se pueda hacer el debate, para así evitar futuras nulidades, le preocupan los plazos, ya que “si está dos años en prisión preventiva sin que se realice el juicio, Albornoz puede pedir la libertad”.

Por su parte, la pareja de Luis, Micaela Noviello, considera que hay un “destrató” en toda esta situación, que le comunicaron tan solo un día antes de la suspensión, y espera que el debate, que se debe realizar en el Tribunal Oral en lo Criminal N° 2, no sufra una nueva modificación.

“Nos preparamos desde hace un año y medio para el juicio”, dice Micaela Noviello a LA CAPITAL y agregó: “La preparación es de muchas formas, sobre todo emocional, para llegar al juicio y encontrar justicia, cierta paz. En realidad a mí a Miguel no me lo devuelve nadie y la condena siempre me parecerá poca”.

“Creo que hacen esta jugada sucia para generar un dolor extra, debilitarme. Pero ya tengo tanto dolor, ya sufrí tanto, que nada de lo que hagan puede afectarme”, expresa Noviello, quien busca que Albornoz reciba una “condena ejemplar” por haber asesinado a Miguel Luis.

“No solamente murió Miguel, con él murieron los proyectos que teníamos, el día a día, la vida que teníamos planeada. Ese daño es irreparable, levantarse todos los días sabiendo que Miguel no está más. Albornoz no solamente se llevó la vida de Miguel, causó un daño irreparable en mucha gente. Destruyó la vida de una familia entera”, concluye.

“Yo le prometí a Miguel que iba a hacer justicia y es eso lo que intento cada día de mi vida”, dice finalmente quien era la pareja del remisero que fue asesinado por Albornoz.

Luis fue atacado a balazos por Albornoz en el barrio Las Lilas, el lunes 20 de enero 2020 a las 5 de la madrugada y tras permanecer cinco días internado en el Hospital Interzonal General de Agudos (HIGA), falleció como consecuencia de las graves lesiones que había sufrido.

Esa madrugada, Albornoz había estado consumiendo cocaína en una vivienda ubicada en Bahía Blanca al 2700. Al quedarse sin droga, pidió por teléfono un auto a la empresa Remicoop para hacer un viaje hasta su casa, ubicada en Gascón al 5000. El recorrido no culminó allí sino que continuó hacia a la zona Roja de la ciudad y se cree que fue para comprar cocaína.

Albornoz se había quedado sin dinero para pagarle a aquel remisero, por lo que éste aceptó como forma de pago retener su teléfono celular. Ese mismo artefacto fue entregado luego a Arévalo por parte del chofer, de modo que esa secuencia quedó plenamente corroborada.

Lo que siguió después, siempre según el expediente, fue que Albornoz volvió a pedir un remís, esta vez a la empresa Paso Cars y quien acudió fue Luis. Sin dinero y sin teléfono celular para negociar, se sospecha que Albornoz se dirigió hasta Gascón al 5000 donde el imputado le robó la Bersa Mini Thunder calibre 9 milímetros, provista a su hermano, policía y bombero del Cuartel Central.

En ese momento, comenzó otro viaje que nunca culminó: un video captado por la cámara de seguridad urbana de la Municipalidad muestra el momento del ataque y cómo el automóvil termina incrustado en un árbol. Pero se observa que el vehículo avanza por Bahía Blanca, cruza Rawson y llega a la altura del 2700, donde supuestamente debía acabar el viaje. Pasa por el lateral de la escuela Municipal N°13 antes de montarse en la vereda y colisionar con la planta.

El ataque fue demasiado violento para tratarse de un simple robo, porque Luis recibió cuatro de los seis disparos que Albornoz realizó: en los brazos, la mandíbula y el abdomen, y producto de este último antes de morir había perdido un riñón. Al momento de declarar, Albornoz se quebró y dijo que no sabía lo que había pasado. Sólo mencionó que en determinado momento él y Luis habían comenzado una pelea, por lo que le disparó.

 

 

 

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